viernes, 19 de junio de 2009

Equilibrio democrático en diciembre

La elección nacional prevista para diciembre del presente año, tiene un significado fundamental para el futuro del país, la democracia y las expectativas de la población. De modo sutil se viene instalando en la opinión pública una agenda política distorsionada, interesada y para nada representativa de los grandes intereses y problemas cotidianos de la gente, como son el tema de supuesto terrorismo y separatismo, juicios a magistrados, fiscales, medios de comunicación, juicio de responsabilidades, asilos políticos y exiliados del país, desclasificación de documentos de la dictadura etc. embarcándonos a todos en falsos y estériles debates públicos y mediáticos, como si se tratara de políticas de Estado que hacen al fondo del problema nacional, siendo estos temas coyunturales que deben merecer un tratamiento puntual hasta lograr sus respectivos resultados, sin contaminarlos con intereses político-electorales. En realidad se trata de imponer esta agenda con el único objetivo de forzar a la opinión pública a tomar posiciones mediante el voto a favor de sus impulsores en el referido proceso electoral.

En ese orden, todos debemos tener presente el verdadero significado de la elección de diciembre, e interpretar con la mayor sinceridad y certeza posible sobre los valores, principios e intereses que están en juego y las consecuencias de los resultados para el futuro de los ocho millones de bolivianos y bolivianas. Asimismo, estar conscientes que el voto mayoritario de confianza al actual régimen el 2005 ha servido para hacer más poderoso el Gobierno y más débil al pueblo, sobre este porcentaje de apoyo ciudadano se ha erigido un régimen autoritario, soberbio y que desprecia abiertamente el ordenamiento jurídico nacional y desconoce cualquier posibilidad de diálogo, pactos o consensos sobre problemas y soluciones que son de interés de toda la población y no sólo de un grupo de nuevos privilegiados.

La figura del Presidente de la República, amparado en la enorme votación ciudadana ha obtenido una aplastante mayoría parlamentaria afín a sus intereses, en virtud de ello ha concentrado todo el poder político, anulando el Congreso Nacional, destruyendo el Poder Judicial, eliminando el control de constitucionalidad e imponiendo a punta de decretos supremos políticas inconstitucionales y contrarias al interés individual y colectivo de la sociedad boliviana.

Los bolivianos y bolivianas debemos tener plena conciencia de no repetir en diciembre, la experiencia del 2005 y evitar que el oficialismo corone sus políticas autoritarias sustentadas en la legitimad otorgada por la ciudadanía. Como actores centrales de la democracia tenemos que asumir el reto de debatir y generar conciencia de la necesidad de un equilibrio democrático en el país, a partir de plantearse un conjunto de objetivos para el proceso electoral nacional, como los que a continuación nos permitimos proponer y compartir:

1. Se debe evitar que la elección se defina en la primera vuelta, es decir, que ningún candidato logre imponerse con la mayoría absoluta o con un 10% de diferencia sobre los demás, esto traerá consigo dos efectos fundamentales para el proceso democrático. Por un lado, se tiene que nadie logrará un control absoluto del Congreso Nacional, obligando a los nuevos oficialistas a pactos y acuerdos sobre los problemas nacionales y, por otro, será la segunda vuelta que definirá la Presidencia y Vicepresidencia de la República.

2. Por ninguna razón, una sola fuerza política debe alcanzar mayoría absoluta de representantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional y menos dos tercios, evitando de esta forma que se impongan las pretendidas modificaciones a la nueva Constitución Política del Estado con fines de perpetuación en el poder y en definitiva constituirían el entierro definitivo del Estado de derecho, la vulneración permanente de la seguridad jurídica, de los derechos y garantías constitucionales, de la propiedad privada y un control y manipulación de la justicia, etc.

3. Debemos imponer una verdadera agenda nacional por la cual pronunciarse en diciembre, compuesta por los principales problemas que afectan a los bolivianos y bolivianas, como son el tema de la generación de empleo, lucha contra la pobreza, mejorar la economía familiar, construir un país productivo, mejorar la calidad de vida de la población, es decir, sustituir la agenda de la confrontación y la política por una agenda de interés nacional, para este propósito es necesario que todos contribuyamos, sobre todo los medios de comunicación a descontaminar el escenario del debate público y mediático sobre los temas que nos confrontan y nos dividen.

4. De igual forma se trata de debatir la calidad de la representación en la futura Asamblea Legislativa Plurinacional, con el propósito de evitar que se reproduzca la mediocridad del actual Congreso Nacional, donde la mayoría cumplen el triste papel de levantamanos y detractores de la democracia y las instituciones del Estado boliviano.

Consideramos que la consecución de estos objetivos es absolutamente posible, los bolivianos y bolivianas en estos tres años hemos aprendido a valorar el vivir en democracia, la imperiosa necesidad de sujetarse al ordenamiento jurídico nacional y de contar con una pluralidad de representaciones que expresen el interés de la Bolivia diversa y pluricultural.

http://www.la-razon.com/versiones/20090610_006754/nota_246_826443.htm

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