miércoles, 5 de agosto de 2009

Ciudadanía Inteligente

Omar Rocha Rojo*
http://monticulo.blogspot.com

Los resultados de la última encuesta, han generado un cierto ambiente de turbulencia entre los actores políticos particularmente no oficialistas, desesperación y nerviosismo en muchos casos. Mas allá de las posiciones de cada uno de ellos, por cierto novedosas, sin embargo llama la atención de dicho sondeo, la evidente existencia de un voto duro contra el Gobierno que supera el 50 %, el pronunciamiento sobre una candidatura única alternativa al oficialismo que bordea el 40 %, la emergencia de una tendencia ciudadana identificada nítidamente con una posición de centro izquierda democrática, y la constatación que una gran mayoría de ciudadanos que tiene definido su voto en contra del candidato gubernamental, todavía no se deciden por algún opositor de los que estan en carrera electoral.

Por supuesto que este escenario ha motivado que los operadores políticos y los mismos candidatos no oficialistas afinen sus estrategias y vayan debelando sus ultimas cartas a fin de ser viables electoralmente, una de estas estrategias ha sido sin duda el enérgico discurso de la construcción de un Frente Amplio – Único, al extremo de llegar a la presión pública de algunos conocidos políticos, tratando ya no de concertar sino de obligar a sumarse, incorporase o formar parte de un proyecto político de estas características.

Contrariamente a estas evidentes presiones y cuando faltan muy poco para las definiciones y la capitulación de las especulaciones, parece que en serio el tema del frente amplio es cada vez más inviable, debido que esta posibilidad enfrenta al menos tres dificultades de fondo sino más, lo que hace sencillamente imposible su nacimiento.

La primera, a nuestro juicio la más importante, es que el clamor de frente amplio o único proviene de los representantes de la vieja política, es decir, de los mismos que el 2005 fueron fuente y motivo para que la ciudadanía, particularmente de las ciudades y clases medias, manifestaran con su voto la bronca por la perversión del viejo sistema político, procurando que el actual Presidente de la República alcance el resultado electoral que todos conocemos bajo la consigna del cambio.

La segunda, es que la población viene advirtiendo que un Frente Amplio o único como se quiera llamar, se constituirá en el pretexto para reciclar a la vieja política y en consecuencia sus intereses, por lo que la mayoría de la población que quiere un cambio en la sociedad, pero no este que nos ha traído el actual Gobierno, se resiste volver al pasado, siendo casi suicida intentar armar un proyecto de unidad con todos en la misma bolsa.

La tercera, es que ese voto duro contra el Gobierno, el cual esta definido, será canalizado por el candidato no oficialista que muestre una propuesta seria de gobierno, inclusiva y democrática que exprese el verdadero sentimiento y refleje las principales necesidades de la gente, que no este vinculada al pasado y no tenga acuerdos con los extremistas de ambos bandos y de diferentes lugares que durante estos últimos años mantuvieron al país confrontado, dividido y en violencia.

La ciudadanía es inteligente para concentrar su confianza en alguien con estas características, y no será la desesperación de la vieja política que lucha por su sobrevivencia, que induzca a los bolivianos y bolivianas a pronunciarse mayoritariamente a favor de una opción electoral no oficialista, sino la propuesta electoral que reúna estos ideales, en virtud que la gente esta plenamente consciente que la alternativa al proyecto totalitario del gobierno nacerá de la legitimidad de los votos de diciembre, cual fuese el resultado final.

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